¿Qué pensabas el primer día del jardín escolar, dejando a tu "bebé" solo en el mundo académico por primera vez?
¿Ya te imaginabas su graduación... listo para ir a la universidad? ¿Ya te hacías ilusiones de que "mi hija será la mejor de su clase"?
Al pasar los años, entrar a la primaria y luego la secundaria, tal vez algunas de esas expectativas y anhelos se fueron chocando ... y partiendo en mil pedazos. Tal vez bajaste tus estándares:
Ya no será la mejor de su clase, sino "la estrella de las matemáticas."
...o por lo menos será la favorita de los profesores.
...o por lo menos no me llamarán del colegio con alguna queja cada semana (o día).
...o por lo menos no perderá ningún año.
...o por lo menos se graduará.
¡A nosotros nos han pasado muchas cosas!
Creo que al principio, yo quería que le fuera fácil aprender, pero no lo fue. Siempre ha sido para nuestro hijo una lucha. Cuando por fin aprendió a contar de 5 en 5, o a escribir el número 3 en el sentido correcto (y no como una E) -- ¡qué victoria!
Cuando tenía que llegar después de 7 horas en el colegio, a hacer tareas... y nos tocaba volverle a enseñar t.o.d.o. lo que había "aprendido" en clase -- ¡qué agotador, para él y para nosotros!
Cuando nos llamaba el director para darnos quejas, por ejemplo: porque le reventó la nariz a una niña más pequeña, o nos tocaba comprar sillas nuevas porque las dañaba con como se mecía (o peor, cuando no nos avisaban de su mala conducta hasta que era demasiado tarde para cambiar la situación) -- ¡qué vergonzoso (y frustrante)!
Cuando logramos tener un diagnóstico para que le dieran la ayuda que necesitaba... pero no lo hicieron...
Cuando (años después) nos enteramos de las barbaridades que los profesores le decían y cómo le marcaron de por vida...
Cuando hicimos escuela en casa para ayudarle a aprender a su ritmo y estilo, pero tampoco fue un arreglo mágico...
Cuando lo volvimos a matricular en una escuela "especializada" -- y nos fue ¡¡¡P.E.O.R.!!!
Cuando contratamos a tutores para enseñarle en casa, porque no puede recibir instrucción de nosotros como figura de autoridad...
Cuando, a pesar de todos nuestros esfuerzos y ayuda, reprobó la materia (o el año escolar)...
Lo que yo más anhelaba era que disfrutara aprender... Y hasta ahora, él profesa odiar estudiar y odiar leer. (insertar el sonido de mi corazón quebrándose más aún)
¿Qué es lo que tú más anhelas para la educación de tu hijo?
¿Y cuáles serán las expectativas que tiene tu hijo sobre su educación? ¿Qué le comunican sus experiencias educativas sobre su identidad y valor?
En nuestro caso, podemos ver que él pensaba:
Que no iba a poder captar las cosas como los demás. Entonces "soy bruto."
Que no les agradaba a los profesores. Entones "soy fastidioso. soy un problema."
Que el colegio no era un lugar seguro. Entonces "no puedo ser vulnerable; me tengo que defender todo el tiempo."
¿A quién le va a gustar ir a la escuela así? ¿A quién le va a gustar aprender?
"Tal vez es más fácil ser lo que esperan que yo sea... bruto, fastidioso, peleón."
Tal vez tu hija tiene una condición médica, cognitiva, o de salud mental que le impide aprender o asistir a la escuela como los demás.
Quizás parece que tu hijo "sólo no quiere; es perezoso." Pero puede ser una discapacidad invisible, algo no diagnósticado que le dificulta el estudio.
Puede ser un efecto del trauma,
O pueden ser todos los anteriores, Y el trauma.
Les cuento que para nuestros muchachos, mucho de lo más "normal y sencillo" no es nada fácil.
Les tengo una recomendación, pero tampoco es fácil.
Suelta las expectativas.
Por lo menos, un poco.
Acéptala. Tal y cómo está hoy.
Aceptar no significa conformarnos. Podemos querer que haya cambios. Podemos trabajar y apoyar hacia esos cambios.
Pero que lograr esa meta escolar -- o no -- no cambie el mensaje de aceptación que le das a tu hija.
Busca QUIÉN ES tu hija, fuera de sus habilidades académicos. Resáltale y elogia esas cualidades. Celebra quién es. (No te digo eso a la ligera... aun necesito seguir aprendiendo a hacerlo.)
¿Cuál expectativa puedes soltar o cambiar TÚ sobre la educación de tu hijo?
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